Rubén Irusta, uno de los 540 integrantes de las despensas coordinadas por los CAAT, utilizó esta herramienta de participación ciudadana para manifestar la necesidad de fortalecer a través de una Ordenanza estos espacios de contención y promoción social, garantizando su financiamiento.
En la sesión de este jueves del Concejo Municipal, presidida por Diego Benítez (JSB), Irusta recordó el origen –hace 11 años- del programa Despensas Comunitarias, su importancia para el acceso a la canasta familiar de los sectores más vulnerables y las dificultades que padecen por el financiamiento y el impacto de la inflación en los alimentos.
Afirmó que, además del importante rol de contención, se trata de un programa que promueve la participación ciudadana, generando “conciencia transformadora de la realidad”, mutando de beneficiarios a “protagonistas del cambio”, ya que se reúnen mensualmente, debaten y definen aspectos operativos e, incluso, se originan nuevos proyectos comunitarios.
Las despensas surgieron en 2007 como una propuesta superadora a la asistencia alimentaria ofrecida por el Estado a través del Programa de Seguridad Alimentaria, convirtiéndose en una política pública que busca generar un espacio para la organización comunitaria en pos del derecho a la alimentación y a la participación democrática.
Su objetivo es facilitar el acceso a las familias para la compra de alimentos a un menor precio, desde un rol participativo en el cual los socios se involucran en la resolución de sus problemáticas a la vez que contribuyen a la eficiencia en la aplicación de los recursos que manejan.
Para Irusta, la posibilidad de institucionalizar por Ordenanza estos espacios garantizará el financiamiento, por lo que los ediles acordaron derivar el debate a la Comisión de Desarrollo Humano. Asimismo, requerirán a la Secretaría de Hacienda que informe el estado de deuda con las despensas y, en caso de existir, notifique el cronograma comprometido para regularizar la situación.