La alegría es una de nuestras emociones básicas. Es un estado interior fresco y luminoso, generador de bienestar general, con altos niveles de energía y una poderosa disposición a la acción constructiva. Todos nosotros podemos percibirla, porque quien la experimenta, la revela en su apariencia, lenguaje, decisiones y actos.
Montaigne dijo que la prueba más clara de sabiduría  es una alegría continua, y esto es lo que queremos realzar y fomentar en nuestros jóvenes como recurso inagotable de salud, fortaleza y bienestar.
Es por ello que les proponemos defender la alegría como bien intangible impostergable. Tal vez como escudo para los tiempos que corren, o como fuente de recursos para ser más solidarios y  receptivos, ¿porque no? como meta inspiradora para todas nuestras acciones.